Legado romano de Tarragona

La Tarragona actual se enorgullece de conservar su pasado imperial como una de las capitales más importantes a lo largo de muchos siglos. Paseando por sus calles y ruinas romanas, los visitantes viajarán a través de más de 2,000 años de historia y tendrán la oportunidad de admirar sus monumentos y museos. En noviembre del año 2000, la ciudad recibió el reconocimiento de la UNESCO por el yacimiento arqueológico romano de la antigua Tarraco y fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
El objetivo principal de la ruta romana es ofrecer a los visitantes la oportunidad de experimentar la historia a través de sus principales monumentos supervivientes, que datan de la época en que la ciudad alcanzó su máximo esplendor.
La antigua Tarraco, capital de la Hispania romana, sigue viva hoy en los numerosos monumentos dispersos por toda la ciudad que atestiguan su esplendor eterno.
La historia de Tarragona comenzó con los romanos, aunque en el siglo V d.C. ya existía un asentamiento íbero. Durante la Segunda Guerra Púnica, en el 218 a.C., Gneo Cornelio Escipión Calvo desembarcó en Tarragona y estableció una guarnición que, con el tiempo, se convertiría en la principal base militar para Hispania. Esta ubicación permitió la conquista de la Península Ibérica durante los siguientes 200 años y la difusión de la civilización latina por toda Hispania.
Paseando por Tarragona, te encontrarás con ruinas romanas en cada esquina. La estructura más impresionante y antigua es la muralla que rodeaba la ciudad. Hoy aún se conservan tres torres: la Torre del Arzobispo, Cabiscol y Minerva. El anfiteatro, construido en el siglo II, es otra construcción romana. Fue el principal centro de entretenimiento de la ciudad junto con el Circo Romano, donde se celebraban carreras de carros. La élite local usaba el foro como punto de encuentro. La extracción de piedra de la cantera de Mèdol fue esencial, ya que los romanos utilizaron esta piedra para construir dos acueductos que abastecían de agua a la ciudad.
La importancia de Tarraco se refleja en los monumentos que la historia nos ha legado. El paso del tiempo y, especialmente, los cambios que ha sufrido Tarragona han provocado la pérdida de muchos de estos monumentos. En los últimos años se han llevado a cabo trabajos para recuperarlos y mostrarlos al público, difundiendo la conciencia sobre su importancia.
Foto: © Alberich Fotògrafs / Tarragona